Salarios en la era de la inteligencia artificial eclipsan incluso los hitos cientificos del siglo XX

La reciente oferta de 250 millones de dolares realizada por Meta al investigador de IA Matt Deitke ha marcado un punto de inflexion en la historia de la compensacion cientifico-tecnologica. Con un promedio de 62.5 millones anuales —y potencialmente 100 millones solo en el primer año—, el acuerdo convierte al joven de 24 años en una figura central del mercado laboral tecnologico actual, superando por cientos de veces los salarios percibidos por figuras historicas como J. Robert Oppenheimer o Neil Armstrong.

Deitke, exlider del proyecto Molmo en el Allen Institute for AI y cofundador de la startup Vercept, se especializa en IA multimodal, una rama clave para los desarrollos de sistemas que combinan texto, imagen y audio. Este perfil ha convertido a investigadores como él en piezas codiciadas por gigantes como Meta, Google, OpenAI y Anthropic, todos enfrascados en una carrera por alcanzar la inteligencia artificial general (AGI) o la llamada superinteligencia.

Para dimensionar la magnitud del acuerdo: Oppenheimer, al frente del Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial, percibia un salario de $10,000 anuales en 1943, lo cual ajustado a la inflacion equivale a unos $190,865 en 2025. Deitke ganara 327 veces esa cifra. Incluso Steph Curry, estrella de la NBA, firmo un contrato por cuatro años inferior en $35 millones al paquete de Meta. Solo figuras como Cristiano Ronaldo se acercan o superan esos montos anualmente.

La logica detras de estas cifras no es simplemente el talento escaso. Las grandes tecnológicas consideran que la AGI podria ser la llave para dominar sectores economicos enteros mediante la automatizacion de tareas cognitivas, la generacion automatica de productos y la transformacion de industrias enteras. Como señalo el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, durante una llamada con inversionistas, la compañia planea seguir invirtiendo agresivamente en IA porque tiene la “conviccion de que la superinteligencia mejorara todos los aspectos” de sus operaciones.

El contraste con epocas anteriores es profundo. Neil Armstrong gano $27,000 al año durante su mision a la Luna en 1969 —unos $244,639 actuales—. Deitke ganaria esa misma cantidad en tres dias. En Bell Labs, durante la era de innovaciones como la teoria de la informacion o el transistor, la disparidad salarial entre el director del laboratorio y el tecnico peor pagado era de 12 a 1. Hoy, esa proporcion se ha multiplicado exponencialmente.

La diferencia tambien es estructural. Mientras que el Proyecto Manhattan costo 1.9 mil millones de dolares (unos $34.4 mil millones hoy), Meta planea gastar decenas de miles de millones por año solo en infraestructura de IA. Con una capitalizacion bursatil cercana a los 2 billones de dolares, gastar miles de millones para atraer a los mejores perfiles tecnicos es visto como una inversion justificada. Un ejecutivo citado por The New York Times lo resume asi: “Si voy a gastar $80 mil millones en infraestructura este año, ¿por qué no sumar $5 mil millones mas para conseguir el mejor equipo del mundo?”.

En este nuevo ecosistema, los investigadores se organizan en grupos privados de Discord y Slack para compartir ofertas y estrategias de negociacion. Algunos incluso contratan agentes informales. Las empresas no solo ofrecen paquetes de compensacion extraordinarios, sino tambien recursos tecnicos como acceso a decenas de miles de GPUs, fundamentales para entrenar modelos de IA.

A diferencia de la carrera espacial o el Proyecto Manhattan —ambos con objetivos finitos y definidos—, la competencia por la AGI no tiene un horizonte claro. Su logro podria significar una explosion de inteligencia artificial autorrecurrente, capaz de acelerar el progreso tecnologico de formas impredecibles. Ya sea que esten construyendo la proxima gran revolucion industrial o simplemente inflando una burbuja, los gigantes tecnologicos han dejado claro que estan dispuestos a pagar sumas sin precedentes por quienes puedan darles ventaja en esta carrera.

Mientras tanto, las comparaciones historicas continúan destacando el cambio de paradigma. En 1966, un ingeniero recien graduado ganaba entre $8,500 y $10,000 anuales (equivalentes a $84,622–$99,555 actuales), y los ingenieros mas experimentados rara vez superaban los $278,000 en terminos modernos. Hoy, una sola figura del mundo de la IA puede ganar eso en cuestion de dias.

Desde los $8 diarios que la NASA pagaba a Armstrong como viatico durante su viaje a la Luna, hasta los cientos de millones que ahora se ofrecen a quienes modelan algoritmos de lenguaje, el valor percibido del conocimiento tecnico ha cambiado radicalmente. En palabras de la cofundadora de Vercept, Kiana Ehsani, luego de que se hiciera publica la oferta a Deitke: “Esperamos acompañar a Matt en su isla privada el proximo año.”

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