Sustituir sal comun por bromuro de sodio: un experimento casero que termino en psicosis severa
Un hombre de 60 años fue hospitalizado durante tres semanas tras desarrollar un cuadro grave de “bromismo”, una intoxicacion por acumulacion de bromuro en el organismo, despues de reemplazar la sal de mesa (cloruro de sodio) por bromuro de sodio en su dieta diaria. La decision, segun relato posterior a los medicos, se origino tras consultas y lecturas en ChatGPT, aunque no se confirmo que la IA le indicara expresamente realizar el cambio.
El paciente, con antecedentes de estudios universitarios en nutricion, inicio el experimento para eliminar el cloro de su alimentacion, adquiriendo bromuro de sodio por internet. Durante tres meses lo utilizo como sustituto de la sal comun. Cuando ingreso al hospital, presentaba paranoia, alucinaciones auditivas y visuales, asi como desconfianza hacia el agua que se le ofrecía, asegurando que su vecino intentaba envenenarlo.
Las pruebas de laboratorio revelaron multiples deficiencias de micronutrientes y un nivel de bromuro en sangre de 1,700 mg/L, muy por encima del rango de referencia saludable (0.9 a 7.3 mg/L). El exceso de bromuro interfiere con la funcion nerviosa, provocando sintomas que van desde erupciones cutaneas severas hasta alteraciones psiquiatricas. A principios del siglo XX, entre el 8% y el 10% de los ingresos psiquiatricos en Estados Unidos estaban relacionados con bromismo, debido al uso extendido de sedantes a base de bromuro. La Administracion de Alimentos y Medicamentos (FDA) prohibio estos compuestos en 1989, aunque pueden encontrarse en algunos productos industriales y de limpieza, asi como en aceites vegetales bromados (retirados de los alimentos en EE.UU. en 2024).
Durante su estancia hospitalaria, el paciente intento escapar, lo que llevo a una retencion psiquiatrica involuntaria y a la administracion de antipsicoticos. El tratamiento incluyo hidratacion intensiva con electrolitos para favorecer la eliminacion del bromuro a traves de la orina, un proceso conocido como diuresis salina agresiva.
La reconstruccion del caso, publicada en *Annals of Internal Medicine: Clinical Cases*, detalla que los medicos no tuvieron acceso a los registros originales de la conversacion con ChatGPT. En sus propias pruebas con versiones anteriores de la IA, los doctores comprobaron que esta mencionaba el bromuro como alternativa en ciertos contextos, pero sin advertencias sanitarias especificas. Modelos mas recientes de la plataforma parecen contextualizar mejor las consultas, solicitando aclaraciones antes de proponer compuestos quimicos y asociando el bromuro solo a usos de limpieza o tratamiento de agua, no a consumo humano.
El incidente subraya los riesgos de la autoinvestigacion sin supervision profesional en temas de salud, especialmente cuando la informacion se obtiene de forma fragmentaria o sin capacidad para interpretar su aplicacion segura. En este caso, la combinacion de interpretacion erronea, acceso libre a compuestos industriales y ausencia de control medico derivo en una intoxicacion grave y potencialmente mortal.
